20 ene 2016

El hombre de la Black Strat en Buenos Aires.

Durante años, todos los pronósticos declaraban que el gordo no iba a venir nunca "porque no sale de su mansión", "porque no hace giras fuera de Europa" y etc.
Disfrutamos los tremendos shows de Waters una y otra vez, pero sabíamos que faltaba algo para terminar de unir los pedazos y atar los cabos sueltos.

En lo personal, fue una sorpresa porque me negaba a ilusionarme con rumores. Pero ahí, de repente, se anunciaba oficialmente su visita a Buenos Aires para presentar su nuevo disco “Rattle that Lock”, el 18 de diciembre, que – para colmo – era el día de mi cumpleaños.

Ya podía palpitarse la emoción en el tren que salía desde Retiro.
Llegando a San Isidro, uno de los tantos del vagón con remera de The Wall, Dark Side o símil, exclamó: “Estación Gilmour”. Y todos bajamos.
En los bancos de la plaza de la estación se improvisó una gran previa, y el chino situado a una cuadra estaría contentísimo por la repentina venta a mansalva de latitas de cerveza. Luego, casi en caravana, caminamos hacia el hipódromo.

Quiero dejar bien en claro que la organización a cargo de Ake Music fue de lo más nefasto que me ha tocado presenciar en un recital, pero no quiero concentrarme en eso. Vamos a los bifes.

Sobrio, con remera y pantalón negro, al igual que el resto de la banda, y la pantalla circular floydiana detrás, tiraba los primeros acordes con su black strat, en nuestro país, David Gilmour.
Lo acompañaba el enorme Phil Manzanera (quien fue guitarrista de Roxy Music y gran productor), Guy Pratt en bajo (bajista de Pink Floyd tras la partida de Waters, pavada de laburo), Jon Carin y Kevin Mclea en teclados, Joao Mello en saxo, Steven Distanislao en batería, Brian Chambers y Lucita Jules en coros.

Sepan disculpar, pero en esta entrada me niego a subir videos improvisados con celular que pululan en youtube. No le hacen justicia para nada, prefiero que escuchemos los temas en estudio o buenos registros de otros shows y ya. Si en algún momento aparecen grabaciones dignas del vivo, lo editaremos.


Comenzó con “5AM” para calentar motores, luego “Rattle that Lock” y “Faces of Stone”. Esos son además, los tres primeros temas del nuevo disco. Por lo cual ya empezaba a rondarme por la cabeza cierta preocupación: “Gordo forro, si llegás a tocar solo el disco nuevo y te vas, prendo fuego el hipódromo”.
A modo de respuesta, viene el primer momento glorioso de la noche con la guitarra acústica y “Wish You Were Here”. Gracias David, perdoname… no voy a desconfiar más de vos.
Después, se sentó con la steel guitar y nos deleitó con otro de los temas del nuevo disco: “A Boat Lies Waiting”, mientras que Guy Pratt lo acompañaba en contrabajo.
Con “The Blue” de su discazo “On An Island” creo que volamos todos un poco, o quedamos perdimos en un limbo. Nos preparaba para la fiesta del después.


Dijo algo como “Vamos con otra vieja” y arrancó el sonido de la caja registradora que puede significar una sola cosa: “Money”. En esta, además del querido David, el saxofonista Joao Mello se llevó una gran ovación. Para no cortar con la situación “Dark side”, siguió con “Us and Them”.

Volvimos a “Rattle that Lock” de la mano de “In Any Tongue”, para luego concluir la primera parte del show con la imponente “High Hopes” del último disco de Floyd, “The Division Bell”.

Después de un intervalo de unos 20 minutos, comenzó la segunda parte a puro color y psicodelia con una canción favorita para los – como yo - floydistas de Barrett, “Astronomy Domine”. Y ya que estábamos pensando en el gran Syd, nos tiró “Shine on you, Crazy Diamond” y varios corazones quedaron desorbitados en los alrededores del hipódromo.

Se vino el momento acústico con dos temazos: “Fat Old Sun”, de “Atom Heart Mother” y “Coming Back to Life”, de “The Division Bell”, para luego envolvernos en un jazz maravilloso, “The Girl of the Yellow Dress” y “Today”, ambas – también – de último disco. Y previo a los cachetazos finales, explotó algunos cerebros con “Sorrow”, y aquí debo hacer mea culpa y decir que horas antes - en el trayecto - le decía a unos amigos: “A Momentary Lapse of Reason es un disco que NO me gusta”. Bueno, gracias por “Sorrow” en vivo, y disculpas de nuevo: se convirtió en otro de mis momentos favoritos.



Durante la presentación de los músicos – en la que el gordo calificó a Phil Manzanera como “el magnífico”, así en criollo -  se sucedió una acotación desopilante que demuestra que no solo por el agite somos un público genial. En cuanto Gilmour dijo “From Brazil, Joao Mello”, algún personaje del campo – cerca de donde yo estaba -  exclamó “Te comiste siete!!!”

Después de las formalidades, se clavaron los lentes negros y sonó el stacatto que pone los pelos de punta: “Run like Hell”, con Guy Pratt as Roger Waters. Se despidieron y salieron del escenario. El falso final. Vienen los bises. Y estoy segura que esos bises no decepcionaron a nadie.

Volvieron y estallaron los campanazos y despertadores de “Time”, y se le sumó  “Breathe”, dupla del lado oscuro para dispararse y viajar.
Y el cierre – como no podía ser de otra manera – fue “Comfortably Numb”, y ocurrió lo evidente: escuchás ese solo de guitarra histórico, tan aniquilador, en vivo y ejecutado por su creador… y te das cuenta que estás frente a uno de los guitarristas más virtuosos de la historia. “Buenas noches, muchas gracias” dijo con su voz ronca el encantador de stratocasters, miembro de una de las bandas más exquisitas, y salió de escena tras casi tres horas de show y una veintena de canciones memorables.

Y costó despertar de esa belleza onírica. Se quedó en mis reflejos durante varios días, y ahora, mientras lo escucho y escribo, vuelve… como el dolor en las articulaciones que te recuerdan una fisura cuando llueve, pero al revés: no había fisuras, solo reconstrucción. Todo eso que se dispersaba en fragmentos, había tomado forma definitiva.


4 piden los bises:

Figo dijo...

Bienvenida de vuelta :)
Creo que debe ser la primera reseña puramente musical que escucho, debe ser que no abri mi oído a ciertas voces de "periodistas" y todo el resto lo escuché más hablar del caos organizativo que otra cosa.

Por lo que veo, un show conciso y variado, bien David.

Salud!

Nati Alabel dijo...

Mis amigos/as que fueron dijeron que fue un reci fantástico, la reseña le hace justicia. No fui porque a mí como que ya me cansó un poco Pink Floyd *corre a esconderse de los piedrazos*

Cabezón dijo...

Fue glorioso de toda gloria. Waters me había partido el bocho a su manera - no entro en comparaciones inútiles - pero el Gordo me completó "Comfortably Numb". Es difícil de explicar, aunque el violero de Waters había hecho el solo perfecto y el Gordo hizo hermosos hasta sus pifies, necesitaba escucharlo de sus dedos.
Lo de "Astronomy Domine" fue tremendo, y con "Sorrow" me pasó lo mismo que a vos - de hecho, me pasa lo mismo que a vos con ese disco.
Sólo me dejó con ganas de algo de "Animals" pero bueno, era su recital, no el mío.
Gracias Gordo por no defraudar en lo más mínimo.
Me considero un hombre afortunado, sólo me faltaría ver al Manco Page y puedo bajar la persiana.

*le tira un piedrazo a Nati, sin apuntarle*

Tefilina dijo...

Figo: sí, fue caño. Por eso solo mencioné por arriba que la organización fue la peor (porque de verdad fue la peor) no quería opacar más el show, porque la verdad que mientras tocó el gordo, no me enteré de nada. El quilombo lo viví a la salida. Y digamos que por el estado en el que me encontraba, no lo padecí tanto... recién durante el viaje de vuelta y al día siguiente refexioné sobre lo peligroso que fue todo.

Nati: le pasa a varios, especialmente después que The Wall se convirtió casi en una marca, pero bueh, son discos que puedo escuchar hasta el cansancio.

Cabezón: sí, yo necesitaba verlo y terminar de cerrar algo. Si bien no lo comparo, prefiero los recitales más bien simples, sin tanta espectacularidad, por eso tenía ganas de verlo al gordo, sabía q eran él con sus violas, Manzanera y todos músicos de la san concha y bajo perfil. Sabía que podía hacer la mía de "ver" gran parte del show con los ojos cerrados y que no me iba a perder de nada.
Con waters igual, hice eso en "Dark side", pero mirando al cielo, dado el favorable sitio en el que me encontraba, que me permitía recostarme.